una aplicación que tengo instalada no sé dónde, y que sincroniza fotos que saco con una carpeta de imágenes en la nube, me invita a re-visitar una secuencia de fotos que tomo hace 8 años, un día como ayer, 31 de marzo, en Palenque, México,

un álbum que me ayuda a conectar con unas imágenes preciosas con Gorka, mi hijo pequeño, y con Maitane, mi hija mayor, por aquel entonces con 12 y 16 años respectivamente,

un álbum que me re-conecta con un amor profundo, que un padre siempre siente por sus hijos, a los que les desea lo mejor, en la cercanía y en la distancia, si ellas desean estar lejos, si ellas creen que es lo mejor para su vida, lo respeto,

eso diría el amor in-condicional, lo que sea mejor para ti.

curiosa coincidencia, Silvia este finde está en un proceso de formación que habla del árbol familiar, mi lugar en mi familia, mi lugar en la vida, un taller que bien puede servirle para dar una revisadita a su árbol,

quién sabe cuánto tiempo les lleve a Gorka y Maitane revisar el suyo, tema que no tiene tanta importancia como le damos, al final, lo re-conozcamos o no, todas nosotras tenemos más tiempo que vida.

me hace gracia esta colección de imágenes, llena de naturaleza, de árboles espectaculares, justo la semana en la que lanzo al hiper-espacio una invitación a un grupo de personas preciosas, para que se junten alrededor del árbol de OEC,

para desarrollar el primer itinerario de facilitadoras de 3 retos 4 us, en un proceso que nos lleva, si todo va bien, del lunes de pascua, día de resurrección a la fechas previas a la navidad, bonito itinerario de 36 semanas, vaya que sí.