el orgullo… sano
el orgullo es una palabra complicada, que hemos escuchado de forma tradicional en dos versiones, bien diferentes, qué orgulloso eres, qué orgullosa me siento de ti, una muy negativa, otra muy positiva,
está claro que queremos rescatar y quedarnos con la versión más positiva de las 2, y te animamos a pensar en una versión mejorada, que venimos a denominar el orgullo sano, u orgullo humilde, curioso oximorón,
una cualidad o virtud en la que se encuentra la base de nuestro auto-concepto, de nuestra confianza en nosotras mismas, que puede derivar en una postura firme, fuerte, en la vida, una postura poderosa, ¿quién no quieres sentir esa sensación de seguridad y confianza en sus propias capacidades ante las dificultades que seguramente tiene que enfrentar?
esta capacidad, cuando está sana, se puede traducir en una frase gloriosa, yo soy la pera limonera, una frase que condensa el re-conocimiento de un camino de vida, sólo yo sé lo que me ha costado llegar aquí, sólo yo sé lo que he tenido que dejar en el camino, lo que me ha costado desarrollar esta capacidad, las veces que he fracasado, las veces que he sentido que esta travesía no tenía sentido ni final, es por eso que hoy me siento orgullosa por lo que soy, por lo que siento, por lo que transpiro por cada poro de mi piel,
y muchas veces también necesito contar de palabra, simplemente lo necesito compartir, porque no cabe dentro de mí.
esta emoción, que empieza siempre con dos palabras de poder, yo soy, cuando es sana se abre a otra realidad mayor, yo soy la pera limonera, yo soy, sí, y tú debes ser la pera limonera tambien, yo te re-conozco, pero ese viaje ya es parte de otra emoción, y de otra capacidad, la comprensión del eco-sistema mayor, del que formo parte, y al que juntas podemos contribuir.
¿quién es para ti símbolo de esta capacidad singular?