El despliegue posterior, o plan de acción, de forma básica, se puede componer de:
- Acciones formativas (presenciales, webinars, blended),
- Acompañamiento (en la doble modalidad de coaching o mentoring, personal o de equipos),
- Consultoría (o acciones de desarrollo de proyectos de campo), adaptadas a la realidad concreta, necesidades y aspiraciones de la organización.
En una primera derivada del despliegue de entornos de confianza, mejoramos las actividades en curso, desde la intención, foco y congruencia de la propia actividad. Potenciamos y damos congruencia a lo existente desde un grupo piloto.
En una segunda derivada, nuevos proyectos y posibilidades emergen. Nuevas personas y equipos se suman a los entornos en desarrollo. Desarrollamos una contaminación positiva dentro de la organización. De unos pocos pasamos a unas cuantas.
En una tercera derivada, con la retro-alimentación de los desarrollos iniciales, potenciamos actividades ecosistémicas con otras organizaciones fuera de los límites convencionales de actuación y relación.
En esta fase, el alcance de la contaminación positiva y nuestra influencia trascienden los límites de la estructura actual de la organización.
Si tenemos que estar contaminadas que sea de forma positiva.
Y aunque sabemos que todo y nada se tocan, nuestro objetivo es que esta contaminación alcance a todas las personas de la organización extendida. Ése es el objetivo último, de unos pocos a unas cuantas, de unas cuantas a todas… a sabiendas de que todas es imposible.